martes, 25 de junio de 2013

La Atención




LA ATENCIÓN

La percepción de cualquier persona se encuentra muy ligada a la atención. Es decir, la actividad cognitiva que comienza con la percepción probablemente no tendrá continuidad si no se activa el proceso atencional. Esta diferencia se manifiesta cuando decimos que no es lo mismo “ver” que “mirar”. Es decir, la percepción se diferencia de la atención porque esta última implica una cierta intencionalidad.

La atención es un mecanismo que pone en marcha una serie de procesos u operaciones gracias a los cuales somos más receptivos a los sucesos del ambiente y llevamos a cabo una gran cantidad de tareas de forma eficaz. Es un recurso de filtro.

Tipos de atención:

· SOSTENIDA: realiza la tarea de vigilancia. Detecta cambios en los estímulos durante una tarea.

· DIVIDIDA: La que se reparte en varias tareas simultáneamente. Ej. Estudiamos escuchando música. Se habla de un procesamiento en paralelo.

· SELECTIVA: Función de filtro Æ importante para el aprendizaje. Separa lo relevante/irrelevante. Es aquella con la que atendemos aun solo conjunto de estímulos. Atendemos a una cosa después de otra: Ej. Primero estudiamos y después miramos la tele.



La atención es un proceso complejo en el que intervienen muchos factores, como la dificultad y novedad de la tarea, la cantidad de información irrelevante que contenga, la velocidad con la que haya que hacerle frente, etc. Son estos factores los que determinan la eficacia en el uso de la atención.

La atención tiene relación con el resto de los procesos cognitivos (percepción, memoria, inteligencia) y afectivos (motivación, emoción), y ejerce una función de control sobre ellos. Si no atendemos a una información, será imposible que la recordemos o la comprendamos; y si no atendemos adecuadamente a un objeto afectivo será muy difícil que nos motive o nos emociones.



Funciones de la atención

· Aumentar la posibilidad de recibir los estímulos y sucesos del ambiente, así como los propioceptivos (del interior de nuestro organismo)

· Contribuir a una progresiva objetivación de la realidad interna y externa.

· Facilitar el funcionamiento de otros procesos psicológicos, de los que a veces es condición indispensable.

· Ayudar a ejecutar eficazmente las tareas que nos encontramos en nuestra interacción con la realidad, sobre todo aquellas que requieren esfuerzo.



El proceso atencional según el Modelo Funcional de Allan Mirsky 

Es un proceso que abarca grandes áreas del cerebro, y lograron aislar cuatro componentes o subprocesos principales de la atención que permitirían, desde activarla inicialmente a través de la capacidad de Enfocar y ejecutar eficientemente, hasta cambiar la atención adaptativamente para luego comenzar nuevamente el circuito.
Los cuatro subprocesos son los siguientes:

1- Enfocar y ejecutar eficientemente ( focalizar) habilidad para seleccionar un blanco de información al dirigir la atención hacia un elemento determinado y relevante y ejecutar exitosamente.

2  Sostener la atención: Esta relacionada con la capacidad para mantener el foco o la alerta en un período de tiempo.

3. Codificar la información: involucra el poder mantener la información en la memoria de trabajo durante el tiempo necesario para que sea incorporada a la memoria y luego recuperarla.

4, Cambiar la información es la capacidad de cambiar la atención adaptativamente y resistir la tendencia a la perseveración, permite que el individuo cambie el foco de atención de un aspecto a otro del estímulo o seleccione otro blanco entre varios estímulos de manera flexible.


Datos interesantes


Julián, el hijo de Lisa, siempre había sido muy inquieto. Incluso cuando estaba en pre-escolar, convertía su casa en una especie de remolino, gritando, desordenando las cosas de la casa y montándose en los muebles. Ningún juguete o actividad cautivaba su atención más de un par de minutos tras los cuales volvía, sin aviso, a actuar impulsivamente sin tener en cuenta los peligros de las calles transitadas o los centros comerciales llenos de personas.

Cuidar de Julián era una tarea fatigante para sus padres, pero en aquel entonces Lisa no se preocupaba demasiado por esto. Ella pensaba en el refrán popular, "los niños siempre serán niños," él lo superara. Pero el tiempo pasaba y Julián, con ocho años, seguía siendo difícil de controlar. Cada día se convertía en una lucha para llevar a cabo la más simple de las actividades, desde los deberes a las tareas de la casa. Cuando sus maestros hacían comentarios sobre su falta de atención y cuando su mal comportamiento en clase se hacía demasiado frecuente como para ignorarlo, Lisa llevó a Julián al médico, quien le recomendó una evaluación para detectar el Síndrome de Déficit de Atención con Hiperactividad (ADHD).



El ADHD es un trastorno del comportamiento que suele ser común y que afecta aproximadamente a un 4 a 8 por ciento de los niños en edad escolar. Los niños son tres veces más propensos de padecer este trastorno que las niñas, aunque aún se desconoce la razón. Los niños con ADHD actúan sin pensar, son hiperactivos y no pueden concentrarse fácilmente. Puede que entiendan lo que se espera de ellos pero tiene problemas ejecutando las tareas que se les encomiendan porque no pueden permanecer sentados, prestar atención o estar atentos a detalles.

Por supuesto, todos los niños, (especialmente los más jóvenes), actúan de este modo algunas veces, particularmente cuando están ansiosos o excitados. Pero la diferencia con el ADHD es que los síntomas están presentes durante periodos de tiempo más largos y éstos ocurren en diferentes situaciones. Los síntomas bloquean la habilidad de los niños de poder desenvolverse socialmente, académicamente y en sus casas.

La buena noticia es que con el tratamiento adecuado, los niños con el ADHD pueden aprender con éxito a vivir manejando sus síntomas.

Si te interesa el tema podés encontrar más información en: www.adhd.com.ar

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