La percepción
de cualquier persona se encuentra muy ligada a la atención. Es decir, la
actividad cognitiva que comienza con la percepción probablemente no tendrá
continuidad si no se activa el proceso atencional. Esta diferencia se manifiesta
cuando decimos que no es lo mismo “ver” que “mirar”. Es decir, la percepción se
diferencia de la atención porque esta última implica una cierta intencionalidad.
La atención es un
mecanismo que pone en marcha una serie de procesos u operaciones gracias a los
cuales somos más receptivos a los sucesos del ambiente y llevamos a cabo una
gran cantidad de tareas de forma eficaz. Es un recurso de
filtro.
Tipos de
atención:
·
SOSTENIDA:
realiza la tarea de vigilancia. Detecta cambios en los estímulos durante una
tarea.
·
DIVIDIDA: La que
se reparte en varias tareas simultáneamente. Ej. Estudiamos escuchando música.
Se habla de un procesamiento en paralelo.
·
SELECTIVA:
Función de filtro Æ importante para el
aprendizaje. Separa lo relevante/irrelevante. Es aquella con la que atendemos
aun solo conjunto de estímulos. Atendemos a una cosa después de otra: Ej.
Primero estudiamos y después miramos la tele.
La atención es un proceso complejo en el
que intervienen muchos factores, como la dificultad y novedad de la tarea, la
cantidad de información irrelevante que contenga, la velocidad con la que haya
que hacerle frente, etc. Son estos factores los que determinan la eficacia en el
uso de la atención.
La atención
tiene relación con el resto de los procesos cognitivos (percepción, memoria,
inteligencia) y afectivos (motivación, emoción), y ejerce una función de control
sobre ellos. Si no atendemos a una información, será imposible que la recordemos
o la comprendamos; y si no atendemos adecuadamente a un objeto afectivo será muy
difícil que nos motive o nos emociones.
Funciones de la
atención
·
Aumentar la posibilidad
de recibir los estímulos y sucesos del ambiente, así como los propioceptivos
(del interior de nuestro organismo)
·
Contribuir a una
progresiva objetivación de la realidad interna y
externa.
·
Facilitar el
funcionamiento de otros procesos psicológicos, de los que a veces es condición
indispensable.
·
Ayudar a ejecutar
eficazmente las tareas que nos encontramos en nuestra interacción con la
realidad, sobre todo aquellas que requieren
esfuerzo.
El proceso atencional
según el Modelo Funcional de Allan Mirsky
Es un proceso que abarca grandes áreas del cerebro, y lograron aislar cuatro componentes o subprocesos principales de la atención que permitirían, desde activarla inicialmente a través de la capacidad de Enfocar y ejecutar eficientemente, hasta cambiar la atención adaptativamente para luego comenzar nuevamente el circuito.
Los cuatro subprocesos son los siguientes:1- Enfocar y ejecutar eficientemente ( focalizar) habilidad para seleccionar un blanco de información al dirigir la atención hacia un elemento determinado y relevante y ejecutar exitosamente.
2 Sostener la atención: Esta relacionada con la capacidad para mantener el foco o la alerta en un período de tiempo.
3. Codificar la información: involucra el poder mantener la información en la memoria de trabajo durante el tiempo necesario para que sea incorporada a la memoria y luego recuperarla.
4, Cambiar la información es la capacidad de cambiar la atención adaptativamente y resistir la tendencia a la perseveración, permite que el individuo cambie el foco de atención de un aspecto a otro del estímulo o seleccione otro blanco entre varios estímulos de manera flexible.
Datos
interesantes
Julián, el hijo de Lisa, siempre
había sido muy inquieto. Incluso cuando estaba en pre-escolar, convertía su casa
en una especie de remolino, gritando, desordenando las cosas de la casa y
montándose en los muebles. Ningún juguete o actividad cautivaba su atención más
de un par de minutos tras los cuales volvía, sin aviso, a actuar impulsivamente
sin tener en cuenta los peligros de las calles transitadas o los centros
comerciales llenos de personas.
Cuidar de Julián era una tarea
fatigante para sus padres, pero en aquel entonces Lisa no se preocupaba
demasiado por esto. Ella pensaba en el refrán popular, "los niños siempre serán
niños," él lo superara. Pero el tiempo pasaba y Julián, con ocho años, seguía
siendo difícil de controlar. Cada día se convertía en una lucha para llevar a
cabo la más simple de las actividades, desde los deberes a las tareas de la
casa. Cuando sus maestros hacían comentarios sobre su falta de atención y cuando
su mal comportamiento en clase se hacía demasiado frecuente como para ignorarlo,
Lisa llevó a Julián al médico, quien le recomendó una evaluación para detectar
el Síndrome de Déficit de Atención con Hiperactividad
(ADHD).
El ADHD es un trastorno del
comportamiento que suele ser común y que afecta aproximadamente a un
4 a 8 por
ciento de los niños en edad escolar. Los niños son tres veces más propensos de
padecer este trastorno que las niñas, aunque aún se desconoce la razón. Los
niños con ADHD actúan sin pensar, son hiperactivos y no pueden concentrarse
fácilmente. Puede que entiendan lo que se espera de ellos pero tiene problemas
ejecutando las tareas que se les encomiendan porque no pueden permanecer
sentados, prestar atención o estar atentos a
detalles.
Por supuesto, todos los niños,
(especialmente los más jóvenes), actúan de este modo algunas veces,
particularmente cuando están ansiosos o excitados. Pero la diferencia con el
ADHD es que los síntomas están presentes durante periodos de tiempo más largos y
éstos ocurren en diferentes situaciones. Los síntomas bloquean la habilidad de
los niños de poder desenvolverse socialmente, académicamente y en sus
casas.
La buena noticia es que con el
tratamiento adecuado, los niños con el ADHD pueden aprender con éxito a vivir
manejando sus síntomas.
Si te interesa
el tema podés encontrar más información en: www.adhd.com.ar
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