PORTAFOLIO EN EDUCACIÓN
Un portafolio es algo más de una
mera “caja llena de cosas”. Se trata de una colección sistemática y organizada
de evidencias utilizadas por los docentes y alumnos para supervisar la evolución
del conocimiento, las habilidades y las actitudes de estos últimos en una
materia determinada.
Un portafolio, desde la
perspectiva educativa, es un procedimiento de producción, que permiten recopilar
productos de proyectos de curso, variados escritos y otras muestras de acciones
y creaciones de los alumnos.
Sección 1: Portada. Presentación del
autor del portfolio. “Autorretrato” del alumno, donde hable de sí mismo,
de sus intereses, inquietudes.
Sección 2: Compuesta por aquellas
actividades y tareas obligatorias y comunes para todos, de esta forma nos
aseguramos de que todos los alumnos cumplen con un mínimo de su
trabajo.
Sección 3: Donde el alumno goza de
autonomía para realizar actividades que aumentarán su calificación e
incluir actividades complementarias realizadas en el proceso de construcción de
tareas. Artículos interesantes con sus respectivas reflexiones por parte del
alumno; comentarios sobre películas relacionadas a alguna problemática abordada
en clase, etc.
Sección 4: Brinda la oportunidad de incluir
en su portafolio una actividad de reflexión sobre su propio proceso de
aprendizaje.
Criterios de evaluación del
portafolio
Requisitos mínimos: Comprenden las actividades
obligatorias en su forma más básica, es decir que les alcanza para obtener la
calificación de aprobado.
Ampliación de la
actividad: puede
ser libre o sugerida por el profesor, de forma que ellos son los que toman la
iniciativa de si desean y necesitan ser orientados o por el contrario son
autosuficientes para esta ampliación. Esto aportará un dato cualitativo que
atañe no sólo a la calidad de la actividad, sino también a la actitud del alumno
con respecto al trabajo y la asignatura.
Originalidad: Implica todos aquellos aportes
que el alumno realiza sobre la actividad que son de creación propia, basándose
en la experiencia e información adquirida. Le permitirá acceder a una nota más
alta, ya que indica mayor esfuerzo e interés en las actividades. Muestra la
apropiación de aprendizajes.
Presentación del
portafolio:
Identificación y localización clara y detallada de actividades y de la persona
que lo ha realizado.
Redacción clara y
comprensiva:
exige cierto nivel de expresión escrita con cierto gusto
literario.
Inclusión de información actual,
diversa y seleccionada con criterio. Las fuentes de información que
utilizamos como fundamento de nuestras actividades, ideas y argumentos son una
fuente de información esencial para la evaluación.
Equilibrio entre la información
aportada procedente de fuentes externas, del profesor y la
propia. Se exige
del alumnado un nivel de creación propia donde se hagan patentes sus
ideas.
Organización e integración del
portafolio: Se
hace referencia aquí a la capacidad para relacionar todas y cada una de las
actividades de forma que no sean actividades aisladas sino que obtengamos una
visión integrada y coherente.
Selección de actividades
complementarias y optativas: el alumno debe mostrar su
capacidad de selección para mostrarnos lo que realmente él ha decidido que
veamos y evaluemos.
Aporte de contenidos, ideas y
sugerencias propias en las actividades: los portafolios deben tener al
menos una parte personalizada que los hace distintos del resto de sus
compañeros, personalización que se hace a través del lenguaje utilizado, la
selección de la tarea, formato, creatividad.
Implicación, participación y
compromiso:
Compromiso personal del alumno con la asignatura, demostrado con la asistencia,
participación en clase, realización de tareas complementaria,
etc.
Todos estos criterios e
indicadores de calidad de los portafolios de los alumnos son tratados desde una
perspectiva integral de la evaluación.
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